El último viernes de enero se llevó a cabo el ciclo "Verano Negro" en el Teatro de Flores, donde se presentaron Horcas y Lethal: dos íconos del heavy argento.
El
quinteto invitado, encargado de abrir el show, fue Del Oeste: sólidas bases,
buenos machaques y una voz bien al frente dieron lugar a un metal contundente y
poderoso. Para los que somos fans de Horcas y Lethal, este es un conjunto a tener muy en cuenta.
Cerca de las 20 salió Lethal al escenario.
Para arrancar, la banda de Tito García (en voz) y Eddie Walker (en bajo) eligió
dos temas de su última placa: Inyección Lethal (título que le da nombre al
disco) y Algo Podremos Hacer. Sonido crudo, afianzado por lo ajustado que
está el grupo, dio como resultado constantes puños en alto.
Flores continuó
retumbando de la mano de clásicos como Basura y Lethal Command. La sorpresa
llegó promediando la mitad del show, cuando anticiparon algo de un nuevo disco
de covers de bandas que los influenciaron, próximo a salir a la luz. No
quisieron adelantar mucho, así que le dejaron lugar a la música para que hable
por sí misma. Así sonó Blackened de Metallica. Una versión bastante fiel a la
original, donde se destacaron tanto Sergio Gómez (en batería) como Ramón López
(en guitarra). El público aprobó y retribuyó de la mejor manera: pogo y agite.
Luego siguieron con su repertorio, en el cual incluyeron mayoría de clásicos,
para terminar con dos versiones excelentes de dos pilares de nuestro metal
nacional: Mike Tyson y Maza. Con esto cerraron su presentación de casi una
hora y diez de duración.
A las
21:30 se volvieron a apagar las luces. Mientras sonaba de fondo una música a
modo de introducción, la gente comenzaba a acercarse para presenciar la
inevitable explosión inicial de la mano de Horcas. Sin más, se abrió el telón y
sonaron el poderoso La Jaula y Cazador, ambos de su último disco
titulado Por Tu Honor. La temperatura del teatro ya estaba en ebullición,
pero llegó a su máximo nivel cuando sacudieron con el tercer tema del
repertorio: Reacción, del disco Horcas (2002). Tal fue el poder que se sintió en
aquel momento que se produjo un corte de luz, dejando a la gente cantando a
capela. El problema solo duró un par de minutos, y enseguida De Luca (en
batería) estaba marcando cuatro para arrancar el tema nuevamente .
El show
continuó normalmente. Sonaron grandes canciones como Mano Dura, también de Horcas, Tormentoso Sufrir y Sangre Fría de Vence (1997). El sonido fue
excelente, y la base rítmica (completada por el “Topo” Yañez en bajo y
Sebastian Coria y Lucas “Castor” Simcic en guitarras) ajustada y precisa, como
una banda de semejante trayectoria requiere.
Intercalaron
algunos temas de su última placa con los clásicos inoxidables de siempre
(destacable la potente versión de Vencer del disco Eternos (1999), que
Walter Meza le dedicó a su madre recientemente fallecida. Para cerrar el show
hicieron Destrucción de V8 (una sana costumbre en las presentaciones de
Horcas). De esta manera completaron el set promediando la hora y media de
espectáculo.
Fue una gran fecha de heavy metal.
Con dos bandas consagradas demostrándonos que gozan de buena salud y
señalándonos que su intención es rockear por muchos años más; y por otro lado
una banda joven que, de seguir con estos pasos, deja presagiar con un futuro pleno de la música que más nos
gusta.
Nota: Federico Gonzalez Vieyto.
Edición: Lu Brandalise.
Fotos y video: Manuel Yomal.